sábado, 7 de febrero de 2015

Para quien le interese.


Pocas cosas hay con tanto contenido como el interés. Como si la tilde aspirara a tocar el cielo y, una vez allí, bajara en el tobogán de la s para subir otra vez.

Creo que hay del bueno y del malo, como el colesterol. Pero si pensamos en que nada es todo bueno o todo malo... bueno, tal vez ese es el nudo de una historia diferente. En cualquier caso, el interés económico suena feo. El interés referido a la inclinación, por otra parte, ya suena mejor. Quizá porque nos guste dejarnos llevar, y caer en consecuencia.

Hay quien alguna vez me ha mirado horrorizado al oírme decir que todas las relaciones son por interés. Tal vez porque no quieran verlo, tal vez porque se han caído muchas veces, tal vez. Pero es una de esas verdades que me parece que trasciende y que, si alguna vez encontrara algo que convirtiera en esa teoría absoluta en errónea, me desasosegaría. Seguro que alguna vez le ha pasado a alguien. Seguro que no soy el primero que busca la excepción, seré uno de los muchos que han intentado enumerar cosas que, si suben, no vuelven a bajar.

Pues sí, creo que sí. Que por muy noble que sea el interés y lo que quieras a cambio sea eso tan complicado pero sincero como el amor (o simple como una sonrisa o un buen rato), interés sigue siendo. Un acto de amabilidad tiene una sensación reconfortante a cambio, y si no es correspondida... ay, si no es correspondida. Quizá todos queramos por interés y no sólo los que deliberada y malignamente utilizan y manipulan a alguien sean los interesados. Y eso no debería enfadarnos. Parece bastante natural, dado nuestro egocentrismo vital. Si das y no recibes, tampoco te enfades. Simplemente está desequilibrada la balanza y estás poniendo más interés del que vas a recibir, y eso es algo que, por supuesto, tu interés acabará solucionando tarde o temprano. Yéndose. 

Puede que aquí haya que retomar lo de que nada es del todo bueno o del todo malo. Nadie es igual, ni ninguna circunstancia universal. Y "nada", que me desasosiega el sacrificio. Eso de matar algo de ti, o a ti, en favor de otra persona. No sé si es real o lo he visto sólo en las películas, y no me atrevo a cuestionar a esos mártires ni a ensuciar su memoria si la gente prefiere verlos como entes completamente puros. No sé, si eso es verdad que pasa, si es que no les da tiempo a pensar qué es lo que tienen a cambio, qué es lo que ganan incluso cuando dan la propia vida. ¿Una madre por un hijo, podría ser ese el hipotético caso de sacrificio desinteresado absoluto? No lo sé. Y me desasosiega.

Y por eso confío ciegamente en el interés. No decepciona si sabes como funciona. Das, dan. Quieres, quieren. Consciente o malignamente o no, debe ser así. Si escuchas o lees con interés, quieres recibir algo. Si algo interesante o que tiene interés, queremos absorberlo.

Gracias por leer.
Espero que os haya resultado                                               

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